Viernes, 28 de julio. 20 horas. Plaza del Pilar.

Sabíamos que las vacaciones de julio y empezando las de agosto nos iba a restar bastantes de los incondicionales.

Estuvimos esperando por que Cristina y Adriana venían con un poco de retraso, pero a las 20.20 -¡que bonito!- empezamos nuestra marcha con no pocos de los que se esperaban, salimos 31. Con menos peques de los habituales, se iba deprisa, lo que hizo que un mal bache y nada más empezar, los ruedines de Adriana la hicieran irse al suelo. Se le rompió el banderín y eso no le hizo mucha gracia, pero como no pasó nada enseguida se puso a dar pedales.
Rodamos deprisa, y no hubo muchas cosas destacables. Por la calle Toledo y con nuevas incorporaciones ya circulaban 33 bicis. ¡Que números más bonitos me están saliendo hoy!

Pablo nos amenizó la marcha tocando la armónica lo que suplió en parte la falta del cencerro de Emilio, que como es asturiano, pues estaba viendo a su familia, y dándonos envidia a los demás que estamos aquí pasando calor.

Luis Mario llevaba una camiseta reivindicando el carril bici, que está inmortalizada en alguna foto que está en la web. Quizá aprovechando que es año de elecciones podemos dar algo de ruido en el ayuntamiento.

Manuel hizo su tradicional poema, y además trajo a un colega. Que de eso se trata, de ser cada vez más.

Como nota especial, Fernando, que no pudo venir por trabajo, invitó a todos los participantes a la muestra de teatro con la que finaliza la Escuela de verano de Teatro que organiza Ñaque, una empresa incondicional de Masa Crítica. Nos habilitaron una cochera para guardar las bicis en la Residencia Santo Tomás de Villanueva, y de allí al teatro Quijano, donde en un pase privado, vimos tres ejercicios que hacían pensar un poco, en parte por los comentarios de su profesor, que nos fue guiando a los neófitos en esto del teatro. Los peques estaban un poco extrañados por que se decían muchos de los tacos que luego nosotros les decimos “que eso no se dice”.

¡Hasta la de agosto! Si estáis aquí.

Salud y bicicleta.

Viernes 30 de junio. 20 horas. Plaza del PIlar

Viernes, 30 de junio. No podía ser más último viernes de cada mes, además último día del mes. Amenazaba la sombra del la primera quincena de julio, en fin de semana y eso podía restar bastantes de los incondicionales.

Venía la televisión de Castilla la Mancha a grabar, para emitir un programilla, sobre nuestro evento, lo cual era interesante y debíamos estar suficientes para hacer bulto.

Un poco más tarde de lo habitual, por las entrevistas, salimos, - ¡oh, gracias dioses! - 42 ciclistas. Los niños llevaban cascabeles en la bici y Vicente se había hecho un coche que perseguía continuamente a su bici, muy aparente. Para rematar la faena también enganchó un radio-cassette, que simulaba el ruido de un motor. Emilio llevaba su cencerro, ... en fin que era una cicletada muy sonora.

Al principio se fue un poco deprisa, y Lucas casi no podía llegar, pero la rotonda de la Plaza de la Provincia facilitó la unión gracias a un breve escaqueo de las últimas bicis. Todo iba sin ningún problema hasta que llegamos a la calle de la Palma, donde un camión cortaba literalmente la circulación por nuestro carril. Sin problemas paramos el sentido contrario y pasamos. Nuestros, cada vez más civilizados, conductores demostraron su civismo.

Como anécdota del recorrido señalaremos que en la calle Lentejuela dimos de bruces con la procesión del barrio de la Morería, y tuvimos banda y todo. Aprovechamos al poli municipal que cortaba el tráfico de la calle Morería para cruzar sin problemas ante sus atónitos ojos. En la plaza del Carmen perdimos algún miembro, pero la cena de los peques, de solo meses, era prioritaria.

El recorrido seguía sin problemas, y en realidad no los hubo, pero en la calle Toledo, Cristina, que aún no está muy ducha en esto de la bici, fue al suelo. No le pasó nada, con lo cual retomó en seguida la marcha. Seguíamos sin problemas dando una bonita vuelta a la manzana de Correos, y ya en la calle de la Rosa, Adriana, con envidia de su madre y cansada de todo un día de actividades veraniegas, también fue al suelo. Tampoco le pasó nada pero las gachas lógicas de sus 4 años nos retrasaron un poco. Israel se volvió a echar una mano, que agradeciendo mucho, no hizo falta porque Adriana decidió volver a su bici.

Ya estaba acabando el circuito y hubo un poco de jaleo, que se solucionó como siempre con un refrigerio en el Acuario, donde no, la bebida no estaba fresquita, y además daba el aire caliente de la tienda de ropa de al lado. Prometemos un bar mejor acondicionado para la finalización de la de julio.

Se echó de menos algún incondicional pero comprendemos las obligaciones de cada uno, incluidas las vacaciones. Y no faltó el poema de Manuel, esta vez dedicado a nuestros peques.

¡Hasta la de julio! Si estáis aquí.

Salud y bicicleta.