Viernes 31 de marzo de 2006. 20 horas. Plaza del Pilar

Es la primera Masa Crítica, hace una temperatura ideal, hemos anclado en nuestras bicicletas unos banderines qeu nos hacen identificables, algunos peatones preguntan sobre lo que estamos haciendo, a los que informamos gustosos. Como es la primera vez que se convoca no tenemos mucha idea del calado que han tenido nuestras acciones propagandísticas. De los primeros en llegar son los chicos del descenso, con sus bicis de doble amortiguación. A partir de entonces, en un goteo constante, van llegando los participantes, algunos son amigos, otros conocidos y gente nueva que le ha llamado la atención la iniciativa. Presentándonos y hablando con unos y otras, recopilamos información de contacto con el fin de mantenerlos informados en un futuro sobre las convocatorias. La representación del Séptimo Piñon es importante. Varios niños acompañados de sus padres, Lucas es el más pequeño, que con sólo tres años nos honrará con su compañia durante un breve tramo.

A las ocho y veinticinco salimos 38 ciclistas, iniciando el recorrido previsto, que en esta ocasión nos lleva por varias de las calles más céntricas de la ciudad, pasamos por el Mercado, el Museo Provincial, la calle calatrava, el Convento de las Concepcionistas, el Torreón. Tras un largo tramo llegamos al Rectorado, bajamos por la calle Toledo, después rodeando la Diputación pasamos a espaldas de la Catedral y nos dirigimos hacia el monumento de José Maestro, donde giramos para finalizar el recorrido en donde comenzamos. Algunos se han despedido en diversos tramos del recorrido, de otros nos despedimos hasta dentro de un mes, el resto nos quedamos para refrescarnos con una caña y la tapa estrella de "El balcón del Acuario", el huevo cocido con bechamel.

El transcurrir de la Masa Crítica fue muy tranquilo, realmente parecía una revolución silenciosa, mal pertrechados de aparatos acústicos, fuimos pedaleando tranquilamente, hablando entre nosotros. El comportamiento de los conductores fue ejemplar, no hubo episodios de nerviosismo destacables y respetaron nuestro paso y velocidad en todo momento.