Sabíamos que las vacaciones de julio y empezando las de agosto nos iba a restar bastantes de los incondicionales.
Estuvimos esperando por que Cristina y Adriana venían con un poco de retraso, pero a las 20.20 -¡que bonito!- empezamos nuestra marcha con no pocos de los que se esperaban, salimos 31. Con menos peques de los habituales, se iba deprisa, lo que hizo que un mal bache y nada más empezar, los ruedines de Adriana la hicieran irse al suelo. Se le rompió el banderín y eso no le hizo mucha gracia, pero como no pasó nada enseguida se puso a dar pedales.
Rodamos deprisa, y no hubo muchas cosas destacables. Por la calle Toledo y con nuevas incorporaciones ya circulaban 33 bicis. ¡Que números más bonitos me están saliendo hoy!
Pablo nos amenizó la marcha tocando la armónica lo que suplió en parte la falta del cencerro de Emilio, que como es asturiano, pues estaba viendo a su familia, y dándonos envidia a los demás que estamos aquí pasando calor.
Luis Mario llevaba una camiseta reivindicando el carril bici, que está inmortalizada en alguna foto que está en la web. Quizá aprovechando que es año de elecciones podemos dar algo de ruido en el ayuntamiento.
Manuel hizo su tradicional poema, y además trajo a un colega. Que de eso se trata, de ser cada vez más.
Como nota especial, Fernando, que no pudo venir por trabajo, invitó a todos los participantes a la muestra de teatro con la que finaliza la Escuela de verano de Teatro que organiza Ñaque, una empresa incondicional de Masa Crítica. Nos habilitaron una cochera para guardar las bicis en la Residencia Santo Tomás de Villanueva, y de allí al teatro Quijano, donde en un pase privado, vimos tres ejercicios que hacían pensar un poco, en parte por los comentarios de su profesor, que nos fue guiando a los neófitos en esto del teatro. Los peques estaban un poco extrañados por que se decían muchos de los tacos que luego nosotros les decimos “que eso no se dice”.
¡Hasta la de agosto! Si estáis aquí.
Salud y bicicleta.
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