¡Por fin salió la Masa Crítica de mayo!. De nuevo nos encontrábamos a las ocho de la tarde en la Plaza del Pilar, en el Banesto.
Vicente había hecho apología del evento y pasamos la tarde preparando bicis e instrumentos sonoros para los nuevos amigos que se sumaban a la cicletada.
Y nos asaltaba la duda, ¿seríamos más? El calor, los exámenes, la Batalla de Alarcos (prueba para la que algunos amigos están entrenando), en fin las ocupaciones varias...
Salimos 28 con dirección al Pasaje de Gutiérrez Ortega, éramos pocos pero se nos veía y oía mucho ya que casi todos llevábamos banderín. La gente se paraba a mirar e incluso salían a la puerta de los comercios.
El recorrido empezó sinuoso, Postas, Obispo Esténaga, por detrás de Carlos Eraña a Morería y Postas de nuevo, donde se nos sumaron nuevos elementos, por lo que parece que mandar el recorrido por e-mail ha dado resultado. Subimos hacia el convento de las Carmelitas, donde Pablo, haciendo gala de la teoría de la conservación y reutilización decoró su bici con unas bonitas flores de plástico recogidas de la basura.
Habían venido Ricardo y Patricia con tres de sus cuatro retoños y al bajar la calle Toledo, Ricardo, con sus siete años, ante un piropo se puso nervioso y fue al suelo. Digno como el señor que es, en breves momentos se había rehecho y continuo dando pedales.
En la esquina de Toledo con Calatrava, ante el coche de la policía local, pasábamos 46 pacíficos ciclistas. ¡46!!!! Habíamos crecido considerablemente.
Calatrava, Paloma, Pza. de San Francisco, donde algunos se retiraron por que su pequeñajo ya reclama la teta, seguimos hacia el Torreón, Mata, Lanza, ¡pues si que el recorrido era sinuoso y más largo también! Mejor, así se nos veía más, que en le fondo es lo que queremos, un lugar en nuestra ciudad.
Cardenal Monescillo y Altagracia hasta la plaza del Rectorado, donde hubo aplausos del público asistente en las terracitas, para bajar de nuevo por Toledo. Allí, dos niñatos de moto que protestaron, se cabrearon y demás se metieron en medio. Nuestro grupo con la educación que le caracteriza les dejó pasar y fin del único incidente de la jornada.
Diputación, calle de la Rosa, Catedral, Azucena y Olivo para salir por el edificio de sindicatos a la calle Alarcos, donde alegres y triunfantes acabó nuestro recorrido.
Fue la convocatoria más numerosa (hasta ahora), no hubo problemas, nuestros peques fueron a la cabeza como ya es costumbre y los automovilistas respetaron nuestro ritmo sin bullas. ¡Todo un éxito!
Echamos de menos a algunos habituales de la bici y a los que aún no han venido por que no saben lo que se pierden. Pero también agradecemos las nuevas incorporaciones: Beatriz, Emilio con su cencerro, Pablo, ...
Como ya es habitual, Manuel trajo su poema, con dibujo y todo, de la Masa Crítica de mayo y ya está preparando el de junio. Ya sabéis que se pueden consultar en la web.
Dadas las gracias al personal y las enhorabuenas a Satur, por que espera su tercer hijo, algunos nos fuimos a tomar un botellín fresquito, que hacía sed. La gente se fue marchando a sus quehaceres y algunos a las 12 de la noche aún estábamos con bicis, cencerros y cascabeles por la calle.
Hasta la próxima, el 30 de junio. Salud y bicicleta.
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