Viernes, 27 de marzo. 20 horas. Plaza del Pilar
Son tres años los que llevamos en las calles todos los últimos viernes de mes. Buscamos respeto y atención en una ciudad que permanece insensible a los nuevos tiempos y los nuevos modos de movilidad urbana aunque siempre es agradable comprobar que tímidamente aumenta el número de personas que optan por olvidarse del automóvil y desplazarse de manera sencilla y efectiva por la ciudad con una bicicleta.
De alguna manera había que celebrarlo, así que a las ocho empezaron a aparecer bicicletas en el lugar acostumbrado. La consigna era atar unos globos a nuestros vehículos para marcar la conmemoración. Los globos siempre suelen ser motivo de fiesta y alegría, color y levedad y algún sobresalto momentáneo por el estallido de alguno. Se repartieron algunos entre los que no habían traído, así que entre saludos entre los y las habituales y el engarce de los globos en nuestras bicicletas transcurrió el tiempo de demora que siempre se establece en concepto de espera. Entre las filas de la Masa Crítica pudimos contar con nuevas incorporaciones, unos vienen y otros se van, pero siempre aumentando el número de personas que conocen esta convocatoria.
Nos habíamos concentrado, arriba o abajo, unas 47 bicicletas que a eso de las ocho y veinte comenzaron su sosegado transitar por el recorrido de siempre. Hacia la plaza de la Provincia y vuelta al Pilar, hacia la calle Postas y vuelta por la calle Alarcos, hacia los jardines del Prado,...
Guardando siempre la agrupación, transitamos sin problemas por todas las calles, viendo como se iba apagando la ciudad, aunque el preludio primaveral no acababa de expulsar a los transeúntes a sus casas. A lo largo del recorrido se oyeron algunas consignas, los timbres y una persistente y modulada bocina.
Regresamos más o menos a las nueve al punto de partida. En la plaza del Pilar había un escenario en el que actuaba Alberto “El mago”, todo el mundo esta concentrado frente al escenario. Comenzamos a explotar los globos a modo de traca final, sin pólvora, sin combustión, como nuestras bicicletas. Algunas despedidas hasta la próxima, y el resto se dirigió hacia algún bar cercano a tomar un refrigerio y finalizar este festejo del tercer cumpleaños.
La próxima comenzará con luz diurna, al menos.
Salud mucha y bicicleta más.
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