A las 7.55 h llovía a cántaros, pero como la MC está aliada con el espíritu de
Mariano Medina los
meteoros varios, a las 8 h paró. El chaparrón hizo que muchos se quedaran en
casa, pero unos pocos intrépidos, en torno a 8, mantuvieron la tradicional presencia ciclista en las calles de
la ciudad de todos los últimos viernes de mes.
El recorrido fue el habitual con alguna pequeña simplificación, y un
ritmo algo más vivo ya que éramos pocos y no había niños, cuando el tráfico,
congestionado siempre que caen cuatro gotas, nos lo permitía. Se desarrolló sin
problemas, y los peatones pudieron comprobar que ni la lluvia para a las bicis.
Al final nos tomamos una cañita para celebrarlo, y justo cuando cada
cual emprendía su camino de vuelta, Marino Medina dio por finalizada su
colaboración con la MC, y la lluvia recuperó su tarea donde la había dejado,
con otro buen chaparrón.